EL
CINE COMO ARTE
Evidentemente, entender el cine como arte, o el teatro, o cualquier otro tipo de expresión artística, es completamente subjetivo. Para muchos, hoy en día, el cine sólo se puede entender como arte si se habla de cine experimental, independiente o de arte y ensayo. ¿Por qué? Pues porque el cine hace muchos años se convirtió en una gran industria que busca el entretenimiento y no el despertar y/o desarrollo de una profunda reflexión de aquellos que lo consumen; por lo menos en un alto porcentaje.
Sin embargo, primero se debe definir qué es el arte, y aquí surge el primer problema, pues desde los griegos como Platón y Aristóteles, se ha estudiado este fenómeno y se han dado diferentes acepciones de la palabra. Platón, en su República, asegura que el arte es una apariencia respecto a la realidad, y él mismo sostenía que los buenos poetas hacían sus obras conociendo a fondo su tema a tratar, de lo contrario, eran simples imitadores.
Por su parte, Aristóteles trató el arte como una representación imitativa con varios elementos de la realidad: a través de colores, la voz, rimas y demás componentes se encarnaba el día a día de ciertos pasajes humanos.
Ante lo anterior, podemos afirmar que un buen cineasta, o por lo menos aquel que se jacte de hacer arte, conoce las formas, métodos e instrumentos necesarios para realizar filmes, como en el caso de las diversas expresiones artísticas que cuentan con su respectivo conjunto de técnicas y reglas: en la pintura hay métodos al óleo, reglas de composición, conocimientos de geometría; en la escultura, estudios de anatomía, cinceles; etc.
El cine, al ser el arte más novedoso, tomó reglas y preceptos de otras disciplinas: elementos de composición de la pintura y arquitectura, historias de la literatura, etc. Tales elementos demuestran lo dicho por Aristóteles, pues se usan herramientas y compendios para nutrir al cine en su necesidad de expresar.
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